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Ovejeros Belgas

Hacia fines del siglo pasado, en Bélgica, la situación de las razas ovejeras se presentaba confusa: el país estaba inundado de perros de todo tipo y estatura, de orígenes inciertos, a menudo mediocres como conductores de rebaños, cuando no peligrosos para el viajero.

Pero un grupo de la Escuela de Veterinaria de Cureghem lograron agrupar en pocas razas y variedades los perros que, más que otros, habían conservado los rasgos considerados fundamentalmente y las cualidades necesarias para auxiliar eficazmente al hombre en el ejercicio del pastoreo. 

Así se llegó a fijar un grupo de razas belgas de ovejeros (Groenendael, Malinois, Tervueren, Laekenois) y algunas de sus variedades. Por su atractiva línea estética, el pelaje reluciente (largo, tupido, negro), el Groenendael hoy puede competir con los mejores perros de lujo y de compañía. 
Con esta raza vuelve a ocurrir lo que a muchos otros ovejeros: la inteligencia, las cualidades intelectivas y físicas han difundido su utilización en sectores distintos del original; es así como este ovejero, valeroso, afectuoso, vigilante, se ha revelado óptimo para la defensa y la guardia y ha sido empleado ventajosamente como auxiliar de la acción policial y bélica. 
El Tervueren, que se diferencia del anterior por mostrar el color rubio carbonado, es considerado más robusto y muchos criadores lo utilizan, precisamente; para reforzar la sangre de la raza afín. Además, puede decirse que posee todos los rasgos comunes de los demás ovejeros belgas. 
En las regiones nor-occidentales vive el Malinois, perro rústico pero no grosero, robustísimo y por esta razón apto para las faenas más diversas. El Laekenois es de color rubio dorado y con pelaje largo áspero.

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